30.6.08

01/07/ 1962 Renacer


Cuántas formas tienen
las hojas y los árboles.
pero son aún más
las formas del amor.
Yo no sé cuál de elllas
es ésta.
Me basta con saber
cuánto te quiero.


Las formas del amor. ( 1976) Carlos Augusto León.

Hace varios años que te encontré


Yo había oído hablar muchas veces
del amor que penetra muy hondo,
que enciende los huesos,
pero fue necesario andar mucha vida,
vivir mucho tiempo,
para encontrarlo en fin,
para llegar a esto.


Yo te imagino y siento
como cuando, en lo alto de un monte,
miro hacia el valle inmenso.
Tal vez yo soy un valle
labrado por la edad mas siempre verde
y tú eres el río que lo cruza,
el aire que lo roza
y la luz que lo llena.


Yo había oído hablar muchas veces
del amor que penetra muy hondo,
que enciende los huesos,
pero fue necesario andar mucha vida,
vivir mucho tiempo,
para encontrarte, en fin,
para llegar a esto.








El río Fértil. Carlos Augusto León. Poema: "Yo había oído hablar muchas veces".

27.6.08

No se


Siento mi alma tan llena de tí... que me gustaría poder escribirte un poema.
Decirte que en el silencio de la noche evoco tu voz, y dejo que se deslice suavemente...
acariciando todo mi cuerpo, que tan ávido está del tuyo. Que sueño tu rostro, y mis manos se extienden hacia el infinito, dejando en la oscuridad, que mis dedos paseen silenciosamente sobre tu frente, tu nariz y tu boca. Que acaricio tus sueños con delicadeza, para que no pierdas ninguno en el camino. Que quiero caminar de tu mano mirando hacia arriba. Allá donde las estrellas conocen nuestros nombres. Quisiera decirte tantas cosas... pero... no sé escribirte un poema.



Malena

26.6.08

Hoy me han calumniado

"Después de aquellos que ocupan los primeros puestos,
no conozco a nadie tan desgraciado como quien los envidia".
1635-1719. Françoise d'Aubigné.
Noble francesa, segunda esposa de Luis XIV, rey de Francia.


Puede una gota de lodo sobre un diamante caer;
puede también de este modo su fulgor oscurecer;
pero aunque el diamante 
todo se encuentre de fango lleno,
el valor que lo hace bueno no perderá ni un instante,
y ha de ser siempre diamante 
por más que lo manche el cieno.




Rubén Darío: La calumnia.

25.6.08

Sin disfráz


Tus manos siempre encuentran en mi piel 
una senda inexplorada
para zarpar con rabiosa gana
a la apetecida boca
del relámpago carnal.
Tus manos saben evadir la rutina, 
cuando las pienso se humedece mi memoria 
e impaciente las aguardo.


Dina Posada 


22.6.08




"Nerviosa la hora parpadea
ante el tiempo que
se ahorca
me rodea me cava me
lame
una dicha sin tamaño ni
fondo
mis dedos agonizando
en tus costados
se pierden con el mundo
en un suspiro".
Dina Posada. El orgasmo.
.

18.6.08



Este amor
Tan violento
Tan frágil
Tan tierno
Tan desesperado
Este amor
Bello como el día
Y malo como el tiempo
Este amor tan verdadero
Este amor tan hermoso
Tan felíz
Tan alegre
y tan irrisorio
Temblando de miedo como niño en la oscuridad.
Prevert.

Foto y arte: Lucrecia Díaz


Los escritores, cuando pasan, tienen la obligación de morirse, o al menos, de callarse. Si no, les sucede lo que a ésos, que se emperran en seguir con lo suyo y lo suyo ya está muerto. Pero acaparan la fama, la gente los cree, y se les niega todo a los verdaderamente vivos, que son los jóvenes.

Gonzalo Torrente Ballester. Fragmentos. (de pocas líneas).


17.6.08

Me callo y no


" Si tuviera talento de novelista, podría contarlo
de otra manera, redimir por el arte la sordidez
que me rodea, que me aturde y que también me engulle".



Gonzalo Torrente Ballester. Fragmentos ( de pocas líneas).

15.6.08

Lo Fatal




Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo, y más la piedra dura porque esa ya no siente, pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, ni mayor pesadumbre que la vida consciente. Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, y el temor de haber sido y un futuro terror... Y el espanto seguro de estar mañana muerto, y sufrir por la vida y por la sombra y por lo que no conocemos y apenas sospechamos, y la carne que tienta con sus frescos racimos, y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos, ¡y no saber adónde vamos, ni de dónde venimos!...

Rubén Darío.


Acerca de los libros y lo que enseñan, el oficio de escribir y los lectores



















"En las despensas de la retórica tienen los cocineros de libros cuantas sales, dulces y pimientas son poderosas para abrir las ganas del gusto a los lectores; pero ninguno ha sido tan dichoso que haya hecho una pepitoria generalmente agradecida a todos los labios. Los desabrimientos, sinsabores, acedías y vicios que se encuentran en las lecturas, no nacen de la desazón del que las guisa, sino de la destemplanza del que las prueba. Hay algunos paladares tan abiertos de poros, que con un grano de sal se amostazan tanto, que arrojan los hijados por la boca, y otros tan cerrados de carnadura, que no les pueden sacar una basca todos los terrones de la manglanilla. En un maestro solo no hay humor ni industria para contentar a todas las inclinaciones, genios, edades y naturaleza. El libro alegre es enfadoso a los tristes, el serio a los festivos, el grave a los ligeros, y en un mismo plato no se puede servir una manjar tan oportuno, en que a un mismo tiempo se ceben con apetito la alegría y la tristeza, la pesadez y la agilidad, las risas y las lágrimas , los desenfados y las circunspecciones".



Diego de Torres Villarroel. Juicios, Visiones y Pareceres.