28.4.10

Estoy aquí como todos los mediodías




La rutina es la misma, llego corriendo y comienzo a cortar en pedacitos la carne que alguna vez estuvo viva, la destrozo y luego la abrigo con sábanas blancas en grumo; le doy vuelta, el olor enturbia mi sensatez y finalmente me rindo ante las ganas que tengo de saciarme.
He aprendido que mi rutina tiene alguna semejanza con querer marcar en tinta mis latidos. Ha pasado mucho tiempo, no soy el papel sino la vida misma, que ama, que vuelve y recoge las sonrisas perdidas.




Vulcano