Escucho tu respiración
melodía nocturna
me doy vuelta
tan solo una luciérnaga alumbra
mi mirada te acaricia
recorro tu cuerpo
siempre dejas algo que ver
como si lo supieras …
quisiera abrir tu sueño
y contarte que recuerdo
que una vez me despertaste y
desde las ramas crudas
encendiste una llama inmensa, dorada
que alumbra adentro
quisiera abrir tu sueño
y encontrarte
para decirte
que no he vuelto a dormir.
Vulcano.
Como un regalo llegas tú
todos los mediodías de mi convaleciente estancia
compartes tu inocente desnudez para cambiarla
por el traje de campaña
comienzas por jugar con las letras y los lápices de colores
seguimos el ritual con algún cuento para luego pasar a los cómics
japoneses que tanto esperas y que yo he aprendido
a apreciar desde tu mundo
luego te impacientas y no sabes del tiempo,
te lo explico, me haces preguntas
de gente grande, te respondo de hormiga a hormiga
y te ríes a carcajadas
al rato, tomas mi muñeca y señalas las manecillas del reloj
es hora de salir, es aquí cerquita tu me ves,
me lo dices con los dientes negros de galleta, travesura de
todas las tardes y siempre consigues curarme una, dos y tres heridas
ha pasado una hora, regresas, me pides que llueva con agua tibia
y escampe con arena blanca tu cuerpecito,
saboreas el calor de un atuendo nocturno
y esperas, me abrazas, corres de nuevo, susurrándome
al oído que me quieres, me amas,
que nos vemos mañana …
como un regalo llegas tú, todos los mediodías.
Vulcano.
Recorres caminos tropezándote con las estrellas
te explico por qué es mejor andar por el sendero
resuelves y trasladas las grageas a los asuntos de escrituras
que tratan del arte de negociar, asumirás que el cielo te confunde
sé como siempre, que me acordaré del punto de crochét
no se si voy a esperar a que te aprendas las constelaciones
y diferencies las osas, estoy cansada de tejer con las agujas
oxidadas y hacer de un cielo oscuro y brillante, una tierra firme
solo porque no te vas por el sendero.
Vulcano.
“ … Mientras aspiro las brisas impalpables que me envuelven,
mientras el océano tan misterioso avanza hacia mí, más y más,
no soy más que un pequeño montón de despojos arrastrado por la corriente
unos pocos granos de arena y hojas muertas que recoger,
que recojo para confundirme con la arena y los despojos ...".
(Corriente Marina. Walt Whitman).
No estoy donde quisiera estar
pero tengo el equipo necesario
para sobrevivir en estas líneas
no alcanzo los textos que me gustan
y corro el riesgo de desbarrancarme
no veo geranios, no se dan por la tierra
pero hay unas rosas preciosas en la ventana
único lugar desde donde entra la luz,
amarillas limón y rojo carmesí
cuando termina el día, llegas tú
y te ocupas de las flores,
de cambiarles el agua
yo te entrego el dolor, mi nostalgia y mi alegría
Duermes ...
Vulcano.
Acabo de salir de un cuarto helado
varias manos se movían para reconstruir
una cuerda que permite que marche
estar inmóvil me enloquece
el dolor físico es como las aceitunas
esas rellenas de ajo que no me gustan
tu compañía es lo único que surte el efecto del alivio
cuando estás, tus besos irrigan sangre y sabes a donde voy
estoy exhausta amor, pero con la esperanza
de marchar pronto y volver a escribir.
Vulcano.
Pero me dices que no, que la red de nuestras venas
nos lleva a Vulcano (nuestro corazón).
Vulcano.
El destino es como un río de muchas afluentes,
como la red de tus venas, caminos que se recorren
por aquí y por allá, se puede retroceder y avanzar,
elegir éste o aquel otro, y todos llevan al mar,
que es el morir.
Te quiero no por quién eres, sino por quien soy
cuando estoy contigo.
Gabriel García Márquez
Trato de entender,
te juro que lo intento ...
cómo, después de mucho, sonríes
tanto tiempo, ríos de lágrimas,
ruidos diurnos y nocturnos
ternura al revés, ¡todo al revés!,
pero sigues allí, sin sorprenderte …
nos han hecho tanto daño y me invitas
a perdonar, y perdonas,
el día cubre y descubre, me dices,
perdono, eso creo …
¿alguna vez serás tan fuerte como
para dejar de perdonar lo que
no merece perdón?
mientras lo intentas , no te juzgo …
te amo.
Vulcano.
Hoy quiero contarles sobre alguien.
Es una niña, pequeña pero despierta, de un corazón tan inmenso, que no cabe en su cuerpecito. Ella me afirma que no se sabe las letras y su hermanita le dice que es difícil que se las aprenda. Me senté y le “leí” un cuento, donde el personaje principal era una chiquita, tan hermosa e inteligente, que a pesar que algunas personas creían que no iba a aprenderse el abecedario, les demostró que si podía. Todos los días (seguía yo “leyendo”) despertaba con una letrita amiga, y desayunaban, iban a la escuela juntas, jugaban, soñaban hasta caer exhaustas. Así que luego de varias semanas, la pequeñita contaba con veintiocho amiguitas. Me preguntó cómo se llamaban, le dije, y asombrada con sus miedos ya redimidos me susurró, -yo si me se las letras pero me da pena pronunciarlas porque mi hermana, cuando era más pequeña que yo, se las sabía muy bien -, le dije: Si me las pronuncias prometo no juzgarte; comenzó con temor, se equivocó en casi todas y al final la abracé. ¿Quieres hacer veintiocho amiguitas? le pregunté - ¿Como la niñita del cuento que me leiste?, claro, me dijo, pero …. no se lo cuentes a nadie, es nuestro secreto.
!Trato hecho! le contesté!
Vulcano.
La inocencia de un niño... (Del Libro Ecos de paz)
Su pequeño mundo es autentica ofrenda de paz, que nos enseña candorosamente
la alegría de un don profundo, su tierna sonrisa es semejante
al rocío que baña a las sabanas
y el brillo de sus ojos, es la sana picardía
que no conoce otra cosa que su fantasía,
sus travesuras son el orgullo
de las personas que lo atienden y lo cuidan
y su llanto es solo suyo, tantas veces no logramos entenderlo
y no entiende de razón, solo vive para una,
y es la que hace feliz a su corazón,
sus sueños van mas allá de la locura,
delirio que quisiéramos gozar
porque tenemos algo de él, pero pocos entendemos lo que es.
¡si no fuera por ellos y su sencillez
!, viviríamos tal vez,
esperando que todo termine en un instante,
él es el personaje que deleita con su candor,
que a los hogares llena de amor, él es el que lega el universo, que confunde a los poetas
ya que no se ha descrito en un verso
toda la esencia del resplandor, el pudor y el cariño
que puede en un momento
inspirar la inocencia de un niño...
Alvaro Duval
